¿Cómo saber cuándo mi empresa necesita un sistema de gestión?
Cuando uno comienza un emprendimiento, usualmente, se concentra en su negocio; todas las energías se concentran en los primeros pasos de eso que tanto soñamos y lograr hacerlo rentable. Solemos invertir en maquinarias, herramientas y todo lo que necesitemos para elaborar o construir nuestro producto; entonces las “obligaciones” contables se las dejamos al estudio contable o “a mi contador”.
Luego, cuando la empresa empieza a crecer, seguimos invirtiendo buscando incrementar la producción a fin de aumentar las ventas y tal vez apostar al marketing para ampliar la demanda. Hasta que llega un momento en que todo se ameseta y a pesar de que sigo aportando dinero no logro beneficios, o no tanto como yo creía que debía tener. Empiezan las preguntas: ¿por qué estará sucediendo? ¿Cuál es el problema? ¿Debo cambiar algo?
Otra posibilidad es que no tengamos una meseta, las ventas siguen incrementándose y la empresa va madurando. Queremos saber qué tan bien estamos creciendo buscando poder orientar el crecimiento y ahí nos damos cuenta que no tenemos la suficiente información. Sabemos que tener acceso a los datos de forma confiable y rápida es un diferencial para la toma de decisiones y buscamos en nuestro contador amigo, en un Excel preparado (o en varios), o en limitado sistema de gestión actual y no podemos responder estas preguntas básicas:
- ¿Cuánto facturo por mes?
- ¿Cuál es la ganancia acumulada del año?
- ¿Qué rentabilidad genera cada producto o servicio que entrego?
- ¿Cuál es el impacto de un cambio en mi flujo de caja
- ¿Cuál es mi mejor proveedor para cada necesidad?
- ¿Cuánto dinero tengo en la calle?
Y si se tiene la suerte de poder responderlas, es información no actualizada que llevó muchas horas de trabajo de varios colaboradores. La premisa la conocemos todos, para tomar buenas decisiones estratégicas es necesario conocer nuestra situación actual al detalle.
Con mucha suerte estas decisiones se toman en un momento de calma y prosperidad pero usualmente se realizan en momentos de crisis, como el actual; y ahí es donde nos damos cuenta que no tenemos la información suficiente a fin de tomar las mejores y más rápidas determinaciones para nuestro negocio.
Déjenme contarles una breve historia cercana y real para ilustrar el beneficio de contar con un buen sistema de gestión; Una empresa de manufactura fabricaba maquinarias que, dentro de su ensamblaje, requerían de bulones de barra de acero tipo B 500 de 5 mm.
Un día cuando el dueño estaba haciendo la recorrida por la fábrica se cruza con un colaborador que entraba con una bolsita con el nombre impreso de “Ferretería Juancito”. Intrigado, le pregunta por la bolsa y el operario le responde que fue a comprar los bulones de barra de acero tipo B 500 de 5mm que necesitaba para terminar de ensamblar 5 máquinas que debían entregar.
Ante esta situación, el dueño fue a su oficina, junto los papeles y anotaciones de su escritorio e hizo la estimación de lo que se podría ahorrar en el costo de los bulones si los adquiría haciendo una planificación de sus compras y negociando el precio con grandes proveedores. No solo bajaría los costos, sino que aprovecharía mejor el tiempo de sus colaboradores (al no necesitar que visiten ferreterías de cercanía) y aseguraría una calidad constante de sus insumos, y lo más valioso, de sus entregas.
Las pymes, como la de nuestro amigo dueño de la empresa manufacturera, necesitan herramientas para ordenar sus tareas y los datos que se generan. Ahí es donde deben pensar en invertir en sistemas de gestión que garanticen la calidad de los procesos y la información que obtienen de los mismos.
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